jueves, 3 de abril de 2008
Delicatessen asiáticos
Uno de los grandes placeres que vamos a disfrutar en el sudeste asiático será su variada y suculenta gastronomía. Alrededor de una dieta basada en el arroz y las verduras, los asiáticos usan con profusión la carne de pato, cerdo, ternera, así como el pescado, aderezado todo a base de salsas caseras. Además, el colonialismos provocó que la gastronomía europea y asiática se mezclara y naciera la cocina fusión (ahora que está tan de moda).
Hasta ahí no hay ningún problema. Sin embargo, la cocina vietnamita también atraviesa la frontera entre la cultura y la ética. Ejemplo de ello es la carne de perro, de cocodrilo, los platos de testículos de gallos, saltamontes, embrión de pato, raton de campo o cobra real. La cobra se come, justo antes de haberse sacrificado, y se riega todo ello con un rico caldo de sangre de cobra. Además, este plato aumenta la potencia sexual.
En Tailandia, los saltamontes se embadurnan en chocolate hirviendo, lo que produce un delicioso y natural Crunch, (si pides dos te pedirías un twix). La pregunta fundamental es ¿Qué hacer ante estos casos? Personalmente, voy a dejar de lado mis prejuicios occidentales y vamos a probar estas delicatessen asiáticas. Les daré el beneficio de la duda sólo una vez. Si no me gusta, no voy a flagelarme comiendo arañas fritas (en Camboya) o Mam Tom, pasta de camarones servida sobre perro asado. Eso sí, el embrión de pato se lo va a comer su padre... Con perdón.
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