A dos horas en autobús de Bangkok, se encuentra la localidad de Kanchanburi, (kan para los locales). Esta ciudad es famosa porque fue donde se construyó el famoso puente sobre el rio Kwai, que no fue destruido como sucede en la famosa película.
Sin embargo, este sitio es también famoso por el monasterio Wat Pa Luangta Bua Yannasampano, más conocido como el templo de los tigres.
Hace varias décadas, unos niños descubrieron un cachorro de tigre huérfano en la selva. Su madre había sido cazada por furtivos y los niños no sabían muy bien que hacer con el cachorro. Tras buscar ayuda, sólo los monjes budistas se ofrecieron a cuidar del tigre. A partir de ese día, cualquier felino huérfano que se encuentra, se envía directamente a este monasterio budista.
De hecho, los monjes han domesticado de tal modo a los felinos, que estos se han convertido en lo que podríamos llamar "un lindo minino". Por lo visto y como podéis ver en la foto de abajo, los turistas pueden acercarse a los templos y acariciarlos como si se tratara de un gato de Angora.
No sé si tendré valor para tocar a uno de estos bichos porque un simple arañazo de uno de estos felinos de 350 kilos de peso es suficiente para mandarte directo al hospital para que te pongan la antirábica.
Lo mejor de todo es que los tigres amaestrados velan y rondan libremente por el templo budista. Desde luego, es la mejor protección contra cacos que se puede tener. El resto permanece en una cantera, donde se dedica a recuperarse de sus heridas, tomando el sol y como no, siendo la mayor atracción de este misterioso templo.
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