
Por tanto, tenemos que poneros la vacuna de la hepatitis A y B, Difteria-Tétanos, Sarampión, poliomielitis, fiebre tifoidea, encefalitis japonesa, meningitis y tuberculosis (para esta última hay que hacerse antes una prueba). Además, tendremos que tomar de forma regular (antes, durante y después) mefloquina, que por lo visto es el medicamento más eficaz contra la malaria.
Aunque este cóctel de enfermedades pueda parecer excesivo, con la simple picadura de un mosquito puedes contraer la malaria y la hepatitis A puedes cogerla simplemente por comer alimentos no lavados debidamente. Como dice, el refrán, más vale prevenir que curar (sobre todo para este tipo de enfermedades).
Obviamente, va a ser un auténtico coñazo tener que ponerse todas estas vacunas (que producen malestar general y algo de fiebre) pero sin ser hipocondríacos hay que ser consecuente con las decisiones que se toman. Viajar al Sureste Asiático no es lo mismo que pasar un fin de semana en Lebrija. Y la verdad, uno no quiere volver con alien, el octavo pasajero, incubado en tu organismo. Además, nunca está de más vacunarse contra enfermedades que también están presentes en el primer mundo como el tétanos o la hepatitis.
El próximo lunes, siete de abril, tenemos una cita en Sanidad Exterior de la Sudelegación de Gobierno en Cádiz para que nos asesoren y nos prescriban todas las vacunas y medicamentos que tenemos que tomar. Desde luego, vamos a realizar un auténtico máster en enfermedades tropicales y asiáticas, que difícilmente hubiera aprendido de otra forma.
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