jueves, 10 de abril de 2008

San Valentín y las Universidades valencianas


Este jueves día 14 de febrero, fue como cada año, la celebración de los enamorados, festividad de San Valentín. Aunque la historiografía habla de al menos tres personajes romanos de nombre Valentín o Valentino, tradicionalmente se atribuye la onomástica a la figura de quien fue obispo y mártir de Roma, que destacó –según la leyenda- por haber casado clandestinamente a muchas parejas durante la prohibición del matrimonio en tiempos del emperador Claudio II.

Debido a ésto, es considerado por la tradición el patrón de los enamorados, atribuyéndole intervención en el milagro de recuperar la vista la joven conversa Julia mientras le cogía tiernamente la mano. Valentino o Valentín le escribió una carta con la dedicatoria ‘De tu Valentino’ pero el 14 de febrero del 270 d.c. murió ejecutado por orden del César junto a un pórtico de Roma que ahora lleva su nombre. Su cuerpo está enterrado en la iglesia Práxedes de la capital italiana.

Cuenta la leyenda que Julia plantó un almendro de flores rosadas al lado de su tumba. Y por eso, hoy, el árbol de almendras es un símbolo duradero de amor, afecto y amistad y cada 14 de febrero, el día de San Valentín, millones de mensajes de amor, cariño, pasión y devoción son intercambiados por carta, email y sms por todo el mundo. Millones de personas de diversas nacionalidades manifiestan sus sentimientos recíprocamente en muchas lenguas.

Pero también és cierto que la celebración ha ido impregnándose en exceso de demasiado mercantilismo y materialismo, lo que tampoco es bueno. Demostrar tangible y físicamente los sentimientos en su justa medida y vivir la festividad de manera más sentida o anímica, sería lo mejor y que incluso las pruebas de amor o de afecto no se demuestren el 14 de febrero sino durante todo el año. San Valentín debería ser siempre, cada segundo, minuto, hora, día, semana y mes. Enhorabuena y felicidades pues, a todos los enamorados.

Por San Valentín también ha de imperar el buen rollo, el ‘feeling’ y la ‘química’ entre organismos y colectivos. Porque resulta lamentable y penoso que ante la falta de financiación del valenciano Gobierno Camps, las universidades públicas valencianas se hayan visto obligadas a unirse como asociación para defender sus necesidades y reivindicaciones, tener más fuerza y reclamar inversiones o ayudas al Consell.

Y que uno de los promotores de esta idea sea el mismísimo rector de la UMH de Elche, Rodríguez Marín, hombre afín al PP, dice mucho. ¿Decepción? ¿Inevitable defensa de los intereses universitarios? Esperemos que San Valentín solucione el ‘divorcio’ Generalitat-Universidades valencianas.

Por Josep Esteve Rico Sogorb

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