martes, 25 de marzo de 2008

Caza de brujas en el Estado Bobo.


Allá lejos y hace tiempo, en los albores del 2006, Atilio Alterini estuvo cerca, muy cerca, de convertirse en Rector del destino de toda la Universidad de Buenos Aires. No pudo.

El punto clave no fue su peretenencia al bloque radical que alguna vez liderara sin fisuras Oscar Shuberoff, aquel que ha ya aún más tiempo gestionó esa misma Universidad con un estilo tan rabiosamente menemista en cuanto a lo obscenamente corrupto que casi nos hizo creer que los PJs podían llegar a ser mejores. Tampoco lo fue su política de ligar la Universidad a la posibilidad de generación de recursos propios y no en la indelegable función de financiarla por parte del Estado.

El punto clave fue su gestión como Procurador de la Municipalidad durante la (esperemos que) última Dictadura Militar. Procurador de la Municipalidad. Es pobre como argumento. Con ese criterio habría que echar hasta los que trabajaban como ordenanzas de su cargos por ocupar cargos públicos en aquella época. Sin embargo, algunos dictámenes y cosas feas que Atilio hizo cuando ocupaba su carguito pudieron justificar de alguna manera a quienes le endilgaron simpatías procesistas. Y que un tipo como Atilio, con su presente, pasado y seguramente futuro, no llegara aRector era casi un fin loable. Así que vaya y pase.

La nueva figura estrella de nuestro panteón de funcionarios parece, es Horacio Sanguinetti, ex Rector de El Colegio, actual director por el macrismo del Teatro Colón. Se lo señala desde el Diario Crítica por haber ocupado funciones en ministerios durante los Gobiernos de Lanusse y Viola. Y entonces, dos personas a las que respeto dicen que explícase allí su Autoritarismo como Rector del Nacional de Buenos Aires, al tiempo que el responsable político de 200 (doscientos) muertos en la Ciudad de Buenos Aires sostiene muy suelto de cuerpo que Sanguinetti debe hacerse cargo de su paso por la función pública. Por supuesto, todo aquello termina en un macartismo bastante simplista o en una directa deformación. Sanguinetti fue desplazado en su lugar como profesor en el Nacional por la barbárica intervención por difundir ideas "peligrosas" (y aún en 2001, quienes fuimos sus alumnos lo consideramos un excelente docente, que aparte de dar clases promovía entre sus alumnos lecturas tales como El Extranjero de Camus, o El Muro, de Sartre). Por otra parte, su llegada al Colegio como Rector fue saludada por quienes editaban Aristócratas del Saber, la revista que prohibida y resistente frente a la intervención militar circuló en el Colegio en sus años más oscuros.

Por supuesto, es dable señalar que su gestión si dejó de todos modos mucho que desear en cuanto a su apertura hacia formas más democráticas que el unicato del rectorado. Año tras año se endureció aún más su posición anti democrática frente a la gestión del Colegio, y todos los sectores interesantes, tanto en estudiantes como en docentes le fueron opositores.

Sin embargo eso no lo hace, ni remotamente cómplice del Genocidio. A lo sumo, un radical típico, más preocupado en encontrar salidas institucionales a los gobiernos militares que por los militares mismos. Pero de ningún modo un opositor a la Democracia en la Argentina, o un cómplice de la peor Dictadura que recordamos los argentinos. O en alguien a quien Aníbal Ibarra pueda olerle la mierda. Aníbal, justo Aníbal, que tan lejos está de cagar flores.

Parece que la constante de los medios progres viene a ser buscar inspectores de inodoros de baños públicos que hayan ejercido entre el 76 y el 83. Y mientras tanto, los socios privados de la Dictadura, que constituyeron el principal sostén de la misma y sin la cual no hubiera sido posible, siguen siendo los socios beneficiarios durante cada uno de los gobiernos de la democracia, sin ocupar un sólo cargo público. Y de Kirchner a Macri, pasndo por Elisa Carrio, todos tienen algún peso pesado de la política que les defiende sus intereses.

El día que Aluar, Roggio, la Sociedad Rural, Techint, o la Asociación de bancos reemplacen el espacio de tipos como Sanguinetti en las crónicas de la prensa, significará que la tan mentada memoria se pone verdaderamente al servicio del pueblo y no de la boba cacería de brujas.

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