lunes, 24 de marzo de 2008

Nada es lo que parece

Algo muy curioso que siempre sucede es cuando me presento diciendo que soy de un pueblo de la provincia de Huesca. Instantáneamente la gente piensa en montaña y frio. Esto da pie a muchas sorpresas cuando viajamos y conocemos una nueva ciudad o un nuevo país, así pues puede darse el caso que viajemos a Marruecos pensando que todo es semidesértico y nos cruzamos con zonas montañosas con predominio del color verde.

Este es uno de los puntos que más me atraen cuando viajamos, tenemos siempre ideas preconcebidas de un país y al llegar al destino no todo es como pensábamos. Sobre este tema he tenido algunas experiencias. Cuando entre por primera vez en Serbia, antigua parte de Yugoslavia, pensaba que entraba en un país en el que la gente entraba en guerra por la más simple de las razones. Ni os podéis imaginar el terror que pase cuando cruce por primera vez esa frontera.

No todo en esta vida es como creíamos o temíamos, hay muy agradables sorpresas.

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