martes, 25 de marzo de 2008

Se termina de morir...


Charles de Gaulle le pertenece a la derecha. Siempre admiré su celo para preservar la independencia y la libertad en Francia, la resistencia al nazismo en la que no dudó en aliarse a los comunistas para enfrentarse a los opresores exteriores y a los antiguos y supuestos nacionalistas que en vez de luchar a su lado inclinaron sin pudor la cabeza ante el Führer.

Una vez que terminó esa guerra cruenta, y con la reivindicación de todos quienes participaron de la heroica resistencia, el general Charles de Gaulle se retiró por unos diez años de la arena política. Volvió en 1959, a sacar otra vez a Francia del pozo de inestabilidad financiera y conflicto civil en puertas. La reformuló en una suerte de monarquía electiva en la que, mientras tenga respaldo popular, el presidente posee plenos poderes, fundo un movimiento en torno a su figura y consolidó un paternalismo sin parangón en ninguna otra democracia europea. Su mandato situó a Francia como la única potencia independiente, al retirarla de la OTAN y convertir sus reservas en moneda extranjera a oro, apartándose del bloque norteamericano.


Fidel Castro Ruz se encontró con la Cárcel antes de cumplir los treinta años, y poco tiempo después, y en las mismas condiciones etáreas, se encontró con el poder. Resistió también esa combinación entre opresión extranjera y militares locales que agacharon la cabeza, no menos real por no haber una invasión abierta,y logró derrotarla en el mismo 1959 en el que De Gaulle volvía a Francia. Abrazó entonces, no sólo una ejemplar independencia para un pequeño país, sino que dedicó su vida a construir allí el socialismo, a barrer con las diferencias de clases que fueron para las mayorías en todo el mundo y a lo largo de la historia tan opresivas como las peores invasiones extranjeras.


Fidel se convirtió entonces en el exponente y la inspiración de quienes creemos en un socialismo posible, porque el suyo lo es a ciento y pico de kilometros del imperio. De Gaulle cayó en 1969, asesdiado por una estudiantina de clase media y consumista, que levantaba sin embargo la bandera de las ideas de Fidel. Quienes intentaron que caiga Fidel, se dedican a hablar loas de la libertad a la que De gaulle ofreció su vida, aunque luego no tegan otro proyecto que devolver a Cuba al ala del imperio.


Charles De Gaulle y Fidel Castro Ruz tuvieron también sombras que no alcanzaron a cubrirlos, pero mancharon sus manos de sangre como Argelia y los juicios de La Habana pueden atestiguar, pero a favor de uno y otro puede pnerse la política colonial histórica que el Francés terminó con la independencia del 63, y la política colonial que los Estados Unidos ejercen desde sus costas en Miami.


Ambos fueron fuente de inspiración para millones de personas que resitieron a la opresión, ya del fascismo racista, ya del capitalismo de aires predadores que emana desde Washington. Ambos hiceron su bandera de la independencia de su patria y ambos tuvieron muchas luces y algunas sombras en un siglo de muchas sombras y algunas luces.

Con la renuncia de Fidel se termina de morir el siglo XX. Valga entonces reivindicar a sus mejores hacedores.

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